Lo más bonito de una familia no se posa, se vive.
Y esa es la historia que quiero contar con cada foto. Fotografiar personas es lo que siempre me ha movido. Durante más de una década, he acompañado a parejas en uno de los días más importantes de su vida. Pero el tiempo pasa, las familias crecen... y muchos de los que un día estuvieron delante de mi cámara como pareja hoy me escriben para que siga retratando su vida. Su familia.

Así nace KidsbyLax, una nueva marca que convive con mi trabajo como fotógrafo de bodas y que nace de la misma pasión: capturar la esencia de las personas.

Solo que ahora, esa esencia se encuentra en miradas entre padres e hijos, juegos espontáneos, abrazos desordenados, pataletas, risas auténticas y mil movidas más… todo lo que hace que una familia sea única.

La espontaneidad y naturalidad como norma

Estoy más que convencido que cada familia tiene una historia extraordinaria. Por eso mi reto en KidsbyLax es crear retratos frescos, espontáneos y artísticos , alejados de lo convencional. No hay poses forzadas, solo momentos auténticos que se transforman en imágenes con alma, capaces de convertirse en recuerdos inolvidables

Quiero que cada imagen hable del alma de vuestra familia, sin artificios. Siempre he creído que para capturar la naturalidad y espontaneidad hay que dejar que las cosas fluyan. Y si a la ecuación le añadimos niños… hay que estar preparado para cualquier cosa.

No busco poses ni sonrisas forzadas. Busco capturar la esencia de la infancia: su magia, su espontaneidad, su luz, sus rabietas y alguna que otra travesura.

Quiero fotografiar la risa descontrolada de tu hijo, la mirada cómplice entre hermanos, el abrazo sincero entre madre e hijo y las trastadas que harán junto a su padre.

KidsbyLax es eso: una celebración de la vida cotidiana, de los momentos simples que, en realidad, son los más valiosos.

Sin duda alguna, los grandes momentos deben ser recordados con fotos increíbles. 

En KidsbyLax celebramos precisamente esa aventura: los pequeños terremotos, las pataletas inesperadas, las sonrisas genuinas y los abrazos desordenados. Porque es ahí, en medio del caos más auténtico, donde está la belleza y los recuerdos que merecen quedarse para siempre